Enclavado entre Moncayo y el Ebro a unos 350 m de altitud, en el curso medio del Queiles se sitúa Cascante. La climatología propia de su ubicación, pertenece a la Mediterráneo continental lo que hace que las precipitaciones apenas superen los 400 l/m2 y buena parte del año sufra el azote del Cierzo. Si añadimos como condicionante el ser un paraje muy humanizado desde los tiempos de la antigüedad, trazamos las coordenadas que definen su NATURALEZA exenta de bosque, deficitaria en recursos hídricos, y domesticada por las distintas civilizaciones y culturas que en ella vivieron y de la que se sirvieron.
A pesar de estas premisas, confirmamos la existencia de un paisaje de calidad medioambiental lo suficientemente importante como para defender y definir sus características y singularidades.
Las adaptaciones e intervenciones seculares hechas a través de la herencia inteligente de generaciones, compaginado con sentido común belleza , orden y funcionalidad , tomando decisiones pensadas para el largo plazo, permiten degustar panorámicas de naturaleza sorprendente en paseos y recorridos variados, exentos de monotonía , frescos y reconfortantes que deleitan la vista y el espíritu del caminante.