Revista quincenal que empezó a editarse el 1 de julio de 1.922 promoviendo la devoción y coronación canónica de la Virgen del Romero a la vez que publicaba noticias de interés para la localidad. De momento se han editado cinco ediciones, en la primera del año 1922, hasta el 15 de junio de 1931, alcanzó 216 números.
La segunda edición comenzó el 15 de marzo de 1953 para terminar el 15 de septiembre del mismo año, con solo 13 números que tuvieron por fin celebrar las bodas de Plata de la coronación de la Virgen.
La tercera edición comenzó en mayo de 1975 hasta diciembre de 1975 con motivo de la Canonización de Santa Vicenta.
La cuarta edición comenzó en julio de 1978 hasta junio de 1979 con motivo de las bodas de Oro de la coronación de la Virgen.
Y la quinta, hasta el momento ultima edición, comenzó en marzo del 2000 hasta septiembre de 2.003 con motivo de las bodas de Diamante de la Coronación de la Virgen.
Su colección es un archivo por sus numerosos apuntes históricos, noticias y acuerdos municipales.
Tenía lugar al mediodía del Domingo de Pascua, inmediatamente después de la Misa Mayor que se celebraba en la basílica del Romero. En los bolsillos del monigote que representaba a Judas había unas monedas que el fuego hacía caer al suelo, y los niños se avalanzaban a por ellas. Esta costumbre se perdió hace ya unas cuantas décadas y se recuperó en el año 2002 y duro solamente unos pocos años y se volvió a perder de nuevo.
Lo bailaban doce bailarines vistiendo traje blanco y pañuelos de sedas de colores en la cabeza. Entre sus números figuraba la tradicional danza de las cintas de colorines que, al tiempo de bailar, iban tejiendo y destejiendo sobre un mástil.
Así se denominaban las colectas que se hacían, con motivos religiosos, por las casas. Se solían hacer, principalmente, para el día de la Virgen del Romero, el día del Cristo y la Victoria. En uno de los grupos solían ir el párroco, alcalde, secretario y un alguacil, acompañados de algunos cofrades. La colecta se hacia en dinero y en especie, teniendo que ir alguna caballería para recoger el grano.
Esta costumbre desapareció en 1965.
Una tradición antiquísima, ya relatada en un documento de 1541. Previa licencia del concejo, todos los vecinos “casados y mozos” que lo desearan podían elegir y alzar por rey a uno de ellos, que sería el “Rey Pájaro”, como también elegir un “real de mozos”. Era obligación del rey pájaro y su séquito –de solteros- acompañar la bandera o pendón del concejo cascantino cuando este iba “a mugar los términos” del municipio con los pueblos circunvecinos. Durante este reinado, que duraba –unos tres meses- exactamente hasta el día siguiente de Reyes Magos, podrían “nombrar, de entre ellos, tres o cuatro guardas que guarden los términos”, siendo condición previa que prestaran juramento ante el Concejo como del mismo modo lo hacían los guardas jurados del municipio. Como éstos también, los del “real” podrían “carnerear”, es decir tomar para sí una res de aquellos rebaños que sorprendieran pastando en sitios vedados.
Todas las reses de sus “carneramientos” serian íntegramente para el Rey Pájaro y su real, sin obligación de repartirlas con el concejo, pero se les concedía este merced para que, durante su reinado, “regocijen al pueblo” con fiestas populares, montar garitos o juegos de azar. Del contenido del acta municipal se puede sacar la conclusión de que eran celebradas, posiblemente en Navidad, unas fiestas populares para descanso del vecindario. Lo que no se sabe ni se puede conjeturar es por qué al personaje principal se le conocía, precisamente, por Rey Pájaro. Esta tradición y sus fiestas decayeron a finales del siglo XVI ya que el obispo Cerbuna conmino, año 1583- penas eclesiásticas contra el uso de garitos y juegos de azar.
Los vecinos de esta calle solían sacar hasta 1960, durante las procesiones de Semana Santa unas tablas cubiertas totalmente de conchas de caracol que, llenas de aceite, servían de lamparillas. Otros preferían sostenerlas en ramas de romero.