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Tradiciones Recuperadas

Procesión de los mazos

La organizaban los integrantes de la Orden Tercera de San Francisco de Asís (“Terciarios”), que se hallaba canónicamente instituida en la basílica del Romero desde comienzos del siglo XVII, y por eso se iniciaba la procesión en el santuario de nuestra Patrona. Se realizaba en el día de martes Santo, y constituía como un prólogo a la solemne celebración litúrgica del Triduo Pascual. Los niños tenían un protagonismo especial, pues durante todo el recorrido hasta la parroquia iban haciendo sonar ininterrumpidamente unas carraclas y mazos. De ahí le viene el nombre a esta procesión que inicialmente se llamaba “Procesión de la Penitencia”. Esta tradición se perdió en 1965 y se recuperó el año 2003.

El sermón de las Siete Palabras

Se realizaba en la Iglesia de la Victoria. Primero se preparaba en el presbiterio de la Iglesia el Cristo Yacente, (que tiene los brazos articulados) clavado en la cruz que actualmente se saca en la procesión de Viernes Santo. A las tres de la tarde y previo toque del carraclón, el pueblo acudía a la Iglesia en masa. La Iglesia estaba a oscuras y el Cristo Crucificado, custodiado por los alabarderos. El sacerdote predicador dedicaba el sermón a las siete frases que Jesús dijo antes de morir. Terminado el Sermón, el predicador invitaba a que salieran «los Santos Varones», para hacer el descendimiento de la Cruz, paso a paso, se le quitaba la corona y los clavos y los entregaban a la Virgen de los Dolores que se encontraba presente durante todo el acto. Finalmente se descendía el cuerpo entre sabanas y se ponía en la cama sepulcral, para sacarlo en la procesión de viernes Santo. De aquí que hoy se llame el Cristo de la Cama. Esta tradición termino en 1964 y se recuperó en el 2001.

Los Alabarderos

Era un grupo de jóvenes del pueblo que se vestían de romanos y tenían como misión custodiar el Monumento de Jueves Santo, realizado para ese día. También debían asistir a todos los oficios religiosos. Estaban dirigidos por el Capitán de alabarderos; además de éste, el grupo estaba compuesto por un paje, la tropa de a pie y durante la procesión de Viernes Santo la tropa de a caballo, que eran los encargados de abrir la procesión. Los alabarderos caminaban a un ritmo marcado por tambores que algunos de ellos tocaban e iban colocados en la procesión delante del Cristo de la Cama. Esta tradición se recuperó el año 2002.